Tal vez, tú, usted, sea una de las miles de desafortunadas personas que está sufriendo las consecuencias de una deficiente política, de un avaricioso sistema bancario-económico y ¿por qué no? Irresponsable o inmadura sociedad.
Llegó la Navidad. Tiempo de Paz. Tiempo de tragar.
Tal vez, usted que una vez se sintió afortunado, ahora se siente frustrado o engañado y no le apetece escuchar más sermones, de quienes no les dan soluciones, sólo tirones a un cinturón que estrangula cada vez más.
Llegó la Navidad. Tiempo de Paz. Tiempo de tragar.
Tal vez, podría enrollarme discutiendo las mil formas que hay de felicitar la Navidad. Creo que lo más sensato en estos momentos es un simple Feliz Navidad. No hace falta dar más explicaciones, sandeces de los que han provocado esta hecatombe. Los mismos que ayer si pudieron comer pavo.
Pero la Navidad acabará. Y no somos gilipollas.
Feliz Navidad.